El paso de intensas precipitaciones entre el 6 y el 9 de octubre dejó estragos en al menos cinco entidades mexicanas: Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí. De manera preliminar, el gobierno federal estima que unas 100 mil viviendas han sido dañadas por inundaciones, deslaves y acumulaciones de agua.
La presidenta Claudia Sheinbaum declaró que el presupuesto destinado a emergencias para este año es de 19 mil millones de pesos, de los cuales ya se han ejercido cerca de 3 mil millones en tareas de atención a desastres previos. Aseguró que “no se escatimará ningún esfuerzo ni apoyo” para los damnificados y que “nadie quedará en el desamparo”.
Durante su conferencia mañanera, Sheinbaum rechazó críticas recibidas por parte del empresario Ricardo Salinas Pliego respecto a la respuesta gubernamental ante esta contingencia. Lo acusó de actuar con “mucha saña” y recordó que, en momentos difíciles, corresponde solidaridad más que señalamientos.
La mandataria reconoció que el fenómeno climatológico fue más severo de lo previsto. Aunque se emitieron alertas por lluvias fuertes, la confluencia de varios sistemas meteorológicos intensificó la precipitación, lo que dificultó la previsión de su magnitud exacta. En algunos municipios se registraron hasta 280 litros por metro cuadrado.
Ante esta emergencia, ya se han desplegado 600 brigadas integradas por servidores de la nación en las entidades afectadas para realizar censos casa por casa y entregar los primeros apoyos. Se prevé que el apoyo en infraestructura, rehabilitación y reconstrucción se extenderá una vez concluido ese levantamiento de daños.
La presidenta recorrió zonas afectadas de Querétaro e Hidalgo, y supervisó el despliegue de operaciones logísticas como puentes aéreos para llevar víveres y medicinas a comunidades aisladas. También se planteó fortalecer los sistemas de alerta meteorológica mediante grupos científicos que trabajarán de manera específica para la línea del Pacífico y el Golfo.
La emergencia climática plantea un gran reto de coordinación entre los tres órdenes de gobierno para responder con prontitud, garantizar recursos suficientes y restaurar la normalidad en las comunidades más afectadas.
Fuente: La Jornada