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La ayuda humanitaria fue liderada por el canciller mexicano Marcelo Ebrard para poder otorgar a los afganos y sus familias un lugar seguro donde estar. Afganos que trabajaban para The New York Times aterrizaron con sus familias esta madrugada en la Ciudad de México. La llegada de estas 24...
agosto 25, 2021
La ayuda humanitaria fue liderada por el canciller mexicano Marcelo Ebrard para poder otorgar a los afganos y sus familias un lugar seguro donde estar.
Afganos que trabajaban para The New York Times aterrizaron con sus familias esta madrugada en la Ciudad de México.
La llegada de estas 24 familias ha sido uno de los efectos de la huida de Kabul por la toma de poder del Talibán. México rescatando a los periodistas del Times, y si los planes siguen de The Wall Street Journal, en vez de Estados Unidos.
¿La razón por la que México ha podido ayudar tan rápido? Porque México venció la burocracia del sistema migratorio para poderle dar papeles a los afganos; mismos papeles que permitieron que estos viajaran de Kabul a Doha, Catar.
Estos papeles, les ofrecen protección humanitaria temporal en México, al mismo tiempo que exploran otras opciones en otros países.
“Nosotros estamos ahora comprometidos con una política exterior que promueve la libre expresión, las libertades y los valores feministas”, dijo en una entrevista telefónica el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
El canciller, señaló que México a seguido una tradición de acogida, de el líder de la independencia cubana José Martí en el siglo actual, así como judíos alemanes y ciudadanos sudamericanos que escapaban de golpes de estado o una guerra civil como en el caso de los españoles.
Ebrard afirmó que México abrió las puertas a los afganos “a fin de protegerlos y para ser coherentes con esta política”. Además, añadió que en cuanto al actuar rápido, “No teníamos tiempo para disponer de los canales normales oficiales”.
Azam Ahmed, ex jefe de las corresponsalías en Kabul y México, le escribió directamente a Ebrar a través de la aplicación Whatsapp el 12 de agosto; “¿El gobierno de México está dispuesto a recibir refugiados de Afganistán?”preguntó Ahmed, quien tuvo una buena relación con Ebrard a pesar de las ocasionales y acaloradas críticas del gobierno mexicano por su cobertura. “Tenemos gente allá, gente buena que está intentando salir”.
La primera respuesta de Ebrard fue negar la posibilidad; sin embargo después de pensarlo, discutió con el presidente y le planteó la situación.
El presidente mexicano estuvo de acuerdo con que “la situación se movía con mucha rapidez y había que tomar la decisión con la misma rapidez”, expresó Ebrard en una entrevista.
“Vimos esta solicitud no como política exterior entre México y Estados Unidos. Más bien, es una toma de posición simple entre alguien que fue reportero en Kabul hace algunos años y yo, que estaba en la posición de tomar algunas decisiones”. – Marcelo Ebrard
Un aproximado de dos horas después Ebrard le escribió a Ahmed que estaba listo para dar garantías y que aceptaría una lista de afganos. Sin embargo, las cosas cambiaron cuando los talibanes comenzaron a avanzar a Kabul. El aeropuerto comercial cerró y únicamente vuelos militares estadounidenses salieron de él.
Uno de los problemas de estas huidas, es que Catar, donde aterrizaron los Jets estadounidenses, sólo suele aceptar a los afganos si tienen garantías de que se dirigirán a un tercer país.
Por otra parte, los medios de comunicación tienen que manejar la confidencialidad de los detalles del paso de los afganos, por miedo a inundar estos canales de escape. Por ejemplo, el New York Times no habló de su arreglo con México sino hasta que lo consiguió.
México ha extendido la invitación al Wall Street Journal y The Washington Post. El editor en jefe del Journal, Matt Murray, afirmó que el diario planeaba enviar a su equipo, que está ahora en Catar y Ucrania, hacia México. El Post no quiso hacer comentarios sobre sus planes.
Apesar que Estados Unidos aumentó las evacuaciones, el sistema estadounidense de inmigración no ha podido responder a la crisis. Muchas visas requieren que estas personas pasen un año en un tercer país, para satisfacer a las fuerzas que advierten que los inmigrantes musulmanes podrían ser terroristas que trabajan de forma muy encubierta.
Por otra parte, Catar, que mantuvo relaciones con los talibanes e incluso fue anfitrión de las conversaciones de paz, ha jugado un papel crucial. El embajador de Catar en Kabul, lideró convoyes para llevarlos a la seguridad.
El paso que méxico tomó rescatando a los aliados de Estados Unidos, no es la imagen que uno pensaría a lo que Ebrard comentó que “Tal vez la sociedad en Estados Unidos no está al tanto de la tradición mexicana en cuanto a los refugiados”, señaló amablemente.
El canciller afirmó que no podía criticar la retirada estadounidense de Kabul. “No es fácil organizar la evacuación de miles de personas en un breve periodo de tiempo cuando te retiras de algún país”, dijo.
Por ahora, de acuerdo a Ebrard, México busca ofrecer protecciones similares a otros periodistas y mujeres que están en peligro en Afganistán.
“Estamos profundamente agradecidos por la ayuda y generosidad del gobierno de México” dijo en un correo electrónico A.G. Sulzberger, editor y presidente de The New York Times. “Su ayuda ha sido invaluable para poner a nuestros colegas afganos y sus familias fuera de peligro. Instamos a toda la comunidad internacional a seguir este ejemplo y a continuar trabajando en favor de los valientes periodistas afganos que aún están en riesgo”.
El canciller afirmó que a pesar de estar ayudando a estas personas representantes de grandes medios de comunicación; no espera nada a cambio de las redacciones.
“Creo que esos periódicos tienen posturas diferentes sobre el gobierno, muy críticas, y sospecho que esto no cambiará”, dijo.
Por otra parte, el gobierno de México trata de contener una ola de migrantes procedentes de Centroamérica; a lo que el canciller señaló que “para dejar en claro la diferencia entre los migrantes económicos y las personas que buscan refugio y asilo”.
Ebrard indicó que el miércoles estaría en el aeropuerto para encontrarse personalmente con los recién llegados y decirles: “Bienvenidos a México”.
